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¡No dejes tus sueños en el cajón del olvido!

¿Cuántas veces hemos guardado nuestros sueños en una libreta, una carpeta o simplemente en un rincón de la mente, esperando el momento adecuado”? Hoy quiero contarte cómo decidí desempolvar los míos y hacerlos realidad, incluso cuando la vida tomó un rumbo inesperado.


Cuando los planes cambian

Todos vamos por la vida disfrutando momentos con la familia, con amigos, construyendo un futuro más cómodo. Pero no siempre el camino es como lo soñamos. A veces la vida da giros inesperados que nos llevan a lugares muy distintos a los que planeamos a los treinta o a los cuarenta.

Eso me pasó en los últimos dos años. Pensaba quedarme en mi último trabajo hasta el día en que me pensionara. Pero no fue así. Un día ese trabajo ya no estaba, y aún faltaban dos años para pensionarme. Fue entonces cuando tomé una de las decisiones más valientes y liberadoras de mi vida: retirarme anticipadamente del mundo laboral

Pronto llegó otro cambio: Uno de mis anhelos era pasar más tiempo con mis hijas. Pero en un instante ya eran personitas adultas con anhelos y planes propios.  Entonces tuve que aprender a compartir con ellas la vida de una manera distinta.


Llegó el momento de revisar mi libreta de sueños

En esa libreta, través del tiempo, he guardado mis ideas, pensamientos y deseos que quiero cumplir algún día.  Abrirla fue una mezcla de emociones: soltar, dejar ir, mirar hacia adelante, retomar sueños y vencer miedos.

En una de sus páginas había escrito un sueño recurrente: viajar en un carro-casa, sin el afán de la ciudad, detenerme donde quisiera a tomar café mientras disfruto del paisaje, dedicando tiempo a reconocer la vida y sus aprendizajes y a imaginar los años que vendrán.

Con ese impulso, nació mi primer viaje en solitario en un carro-casa por la costa de Western Australia, recorriendo más de 2200 km saliendo desde Perth visitando reservas naturales, pequeños pueblos, pasando la noche en campamentos. algunos de ellos remotos en el outback australiano llamados Roadhouses y recorriendo Shark Bay conocida como zona de patrimonio del mundo: World Heritage Area, hasta llegar a Monkey Mia donde pase dos noches y luego emprendí el regreso hacia Perth conociendo más lugares


Un viaje hacia mí

La experiencia fue un regalo en todos los sentidos. No solo por los paisajes, los amaneceres y atardeceres, la naturaleza y la comida, sino también por los retos: manejar un vehículo grande, planear cada día, decidir mi ruta, superar temores, y sobre todo, deleitarme con el silencio.

Viví el presente de una forma intensa y plena. Nunca antes había sentido tanta conexión con lo simple y lo verdadero.

Lo que aprendí en el camino

Este viaje me enseñó a caminar por la vida de una manera más liviana, pero también más profunda. 

A veces el momento perfecto no llega, simplemente uno lo crea. Y cuando lo haces, la vida te sorprende con lo que siempre estuvo esperando por ti.


 
 
 

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