Habría jurado que esto no me pasaría...

Mi último blog fue sobre emociones y sentí que se llevó mi inspiración.  Pero no fue el blog, lo que me dejó sin aliento fue lo que estaba pasando en mi vida.

¿Qué estaba pasando?

Mi hija mayor terminó su universidad en diciembre. Ella se fue de casa a los 18 años para estudiar en la universidad, y por supuesto, no quiso volver a vivir con mamá. Y hace un mes, mi segunda hija —de 19— también decidió mudarse.

Siempre pensé que, por la forma en que las educamos, se irían temprano. Y aunque me alegraba verlas seguir sus sueños, algo dentro de mí se quebró. Empecé a sentir lo que nunca pensé que sentiría: el síndrome del nido vacío.

Yo pensaba que esto no me afectaría. ¡Tengo tantas cosas que disfruto! Leer, caminar, pintar, compartir con mis mascotas, ver películas, viajar... Para mí, el nido vacío sonaba a libertad a oportunidades. Pero no fue así, llegó de todas formas.

Y me paralizó.

Me di permiso para sentir

Dormí de más, miraba el mar buscando respuestas en su brisa, observaba mis libros sin ganas de abrirlos, mis pinceles sin intención de pintar. Estaba rodeada de belleza, pero sin motivación para disfrutarla.

Tomé una decisión, y no fue “dejar la pendejada”, fue reconocer lo que sentía y darme permiso: para llorar, para sentir, para estar en ese duelo.

Y fue hermoso.

Recordé que está bien sentirse triste, incluso cuando tienes una vida hermosa. Así que hice un pequeño plan: elegí películas lindas, preparé té, cociné cosas ricas y me dejé acompañar por mí misma.

Poco a poco, mi energía se restableció. Volví a leer, pintar, limpiar la casa, escuché de nuevo música, compré flores solo para mí. Y retomé una práctica que me encanta: los 28 días de gratitud. Después de tres semanas, volví a mí.

✨ Una nueva estación

Miro atrás y siento que fue como un invierno suave en mi vida. Me permitió estar conmigo, cuidarme, ser vulnerable. Y comprendí algo muy valioso: a veces, simplemente hay que dejarse ser.Como la canción: Let it be.

Porque el sol siempre vuelve a salir.Y con él, llega un nuevo lienzo para pintar tus sueños.