¿Cómo es tu conversación con el cambio?

El cambio nos acompaña desde que nacemos; es la verdadera constante en la vida. Nuestro cuerpo cambia, nuestra mente evoluciona, nuestro entorno se transforma. Cambiamos la vida de otros y transformamos, para bien o para mal, nuestro entorno. El cambio siempre está ahí. Entonces, ¿por qué a veces nos cuesta tanto?

Quizá deberíamos verlo y sentirlo como un interlocutor más en la mesa de trabajo, en nuestro hogar y en la cotidianidad.

Un interlocutor puede ser ignorado, pero si ignoramos el cambio, significa literalmente que nos bajamos de la vertiginosa velocidad a la que avanza el mundo y quedamos fuera de las nuevas conversaciones. Y es una opción válida, como la de quienes han decidido prescindir de las redes sociales o del celular para llevar una vida más tranquila y pausada.

Otra opción es adaptarnos a esa nueva conversación, como cuando cambia el clima y decidimos ponernos o quitarnos la chaqueta. En este caso, observamos el cambio, lo comprendemos y nos ajustamos a la nueva situación.

¿Qué más podemos hacer? No siempre podemos acudir a un experto en gestión del cambio, especialmente fuera del ámbito empresarial o laboral. Es hora de aprender a conversar con el cambio de forma directa y clara, construir hábitos propios que nos permitan verlo como una oportunidad, darle la bienvenida a nuestra mesa, escucharlo, mirarlo, entenderlo, empatizar con él para potenciarnos y crecer, identificando nuevas oportunidades para nuestra vida, nuestra empresa y nuestros proyectos.

Volviendo al ejemplo, la tecnología y las redes sociales pueden ser rechazadas o reconocidas como herramientas que han fortalecido negocios, abierto oportunidades para hacernos visibles, ayudarnos a servir a otros y generar ingresos.

¿Te has preguntado cómo ha sido tu camino y tu conversación con el cambio a lo largo de tu vida? ¿Cómo era tu familia hace cinco o diez años? ¿En qué lugar se encontraba tu vida profesional? ¿Qué ha pasado con tus amigos? ¿Cómo has incorporado la tecnología en tu vida? ¿Qué oportunidades se han escapado y cuáles han permanecido?

Cuando me detengo y reflexiono, cuando observo el cambio a lo largo de mi vida, lo veo como una danza; una danza que me ha permitido crear, ser flexible y experimentar el mundo desde múltiples aristas, ampliando mi mirada. Ha sido mi interlocutor permanente.

¿Cuál es tu relación con él? ¿Cómo es tu conversación? Esa relación, esa conversación, es tu verdadera fortaleza en la gestión del cambio.